-¿Volviste
a verles alguna vez?
+Vivieron
y murieron, como lo hacen todos los seres humanos.
-¿Eso
es lo único que son para ti?
+Las
sombras son lo que son.
-Tú
les amaste alguna vez.
+Mi
corazón también latió alguna vez.
-¿Esa
es la medida del amor? ¿Un latido de corazón?
-Podemos
amar, incluso nosotros somos capaces de amar. Pero ¿amar a a un ser
humano? Eso solo traería desgracia. Tus padres hicieron de mí lo
que fui, Lilith hizo de mi lo que soy.
¿Qué
hay de malo en ser esclavo de la pasión? ¿Para qué vivimos, si no?
¿Que necesidad hay de respirar si no entregamos hasta el último
aliento en ser amado? Para vivir como deberíamos y morir como
debemos, no vale la pena existir. Cuando se desea algo con tanta
fuerza, que te consume completamente, en cuerpo y alma, hasta el
punto en el que darías tu vida por un beso o sentir su aliento sobre
tu mejilla, entonces, señor Tallis, solo entonces estamos vivos. El
resto es un desperdicio.
Y
nada, que tengáis muy buen inicio de semana, buena semana, y que he
comenzado con el libro de Claudia Velasco Me mirare siempre en tus
ojos. Espero tener acabada la entrada que tenía para está semana, y
mil disculpas por no hacerlo.
S.
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