Cada
persona es una burbuja, sí, señores si, una burbuja; nada de mundos
diferentes ni planetas por descubrir. Somos burbujas, burbujas
frágiles y redondas que flotan por ahí. Que guardan sueños y
sufren pesadillas, que tienen cosquillas y miedos, que brillan a la
luz del sol y que juegan al anochecer con la mirada atenta de la
luna. Somos como las pompas que se crean del agua, inocentes pero
contaminadas, con ilusiones y con preocupaciones, con consejos sabios
de tanta locura. ¿ Sabes que es lo peor de una burbuja? Que mientras
más sube por los escalones en el aire, más probabilidades tiene de
plaf, explotar, desaparecer, morir. Y es que así es la vida, cuando
te acostumbras a vivir, cuando la experiencia te ha marcado una parca
corta tu hilo, tu hilo de la vida.
Puedes
creerte duro como el metal, que no eres más que una pompa que tiene
algo de libertad pero que depende de las corrientes de aire... esas
corrientes de aire son la sociedad, la educación, la moda, la
política, siempre habrá algo que determine que debes hacer en ese
momento.
Y
esos momentos determinan que burbuja eres. Es como el sol cuando las
ilumina, cuando las colorea y sin saberlo las da un destino. Las
burbujas que más brillan son revolucionarias, las que no tienen
miedo a que un dedo de un niño acabe con su vida de burbuja, que no
tiene miedo a subir por esa escala luminosa que Rubén Darío
denominaba cielo, y luego están las conservadoras, las que piensan
antes de actuar, las que ven que se puede perder demasiado para muy
poco, y se quedan en el sitio que conocen.
Supongo
que cada persona es una mezcla de burbujas, una difusión entre
colores brillantes y pastelosos, que esperan sus minutos de gloria
para que alguien los inmortalice en otra época, por que somos así,
no damos la gloria que pertenece a esa persona hasta que ella no
puede disfrutarla. Somos egoístas por naturaleza y quizá la
sociedad no parezca tan primitiva pero las personas lo somos. Nunca
seremos perfectos, eso es lo gracioso de la vida, ver una y otra vez
todas nuestras imperfecciones juntándose como un castillo de arena
con vistas al mar. Maravilloso.
Y
claro, también están las burbujas saladas que vienen de la
respiración de los peces que juegan entre las olas, esquivando redes
de barcos y de tiburones, los peces ignoran que los tiburones de
verdad, los que realmente huelen la sangre están por encima del agua
y no debajo. Luego las burbujas dulces, las burbujas urbanas, las que
la tecnología ayuda en su día a día, las que desde que el dinero
dejo de entrar en sus vidas, cada día las cosas cuestan un poco más,
las que se ahogan a pesar de que el aire esta delante de sus ojos y a
pesar de eso cuesta respirar, y es que no dudemos de que algún día
el impuesto deje de llamarse I.V.A para llamarse O. Y es que llena
profundamente los pulmones por que dentro de poco te saldrá caro.
Y
luego las burbujas que vienen del nacimiento del río, las que ven a
las burbujas dulces y se maravillan, las que ven a las burbujas
saladas y enloquecen, las que viven el día a día a pesar de que las
cueste, porque.. ¿a qué han venido si no? ¿A disfrutar de trenes
que se paran en la estación pero nunca piensan en subir?¿ en ver
aviones despegar sin nunca preguntarse donde aterrizaran?
Hay
miles de ilusiones esperándonos en esta cosa redonda en la que
vivimos y si, muchos peligros, pero en casa, en la ciudad donde vives
también los hay. ¿Vas a quedar te a esperar mientras la vida pasa?
Cuando estas vivo, realmente merece la pena vivir, y es que con cinco
años la vida te parece larga y deseas ser mayor para poder valerte
por ti mismo y demostrar al mundo que has nacido para hacer cosas
grandes, grandes como tu.
Cuando
tienes noventa años la vida te parece corta y dura, tu cuerpo va más
lento y tu mente más deprisa y piensas que la vida es lo más
injusto de este universo de burbujeantes personajillos.
Y,
solo esperas ver con tus propios ojos sin que el corazón te falle
como tu nieto/a de cinco años ya es grande y fuerte como tú a su
edad y piensas en como ese pequeño algún día hará cosas mas
grandes que su tamaño y descubrirá en como poco a poco vuelve a ser
una burbuja.
Y
es que como decía el Rey León es el ciclo de la vida, que como
comienza termina, pero todo es necesario, así que vive y lucha por
tu vida.
Y
tu ¿ qué clase de burbuja eres?
s.
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