Historia
de una lágrima.
Ella
era una niña que paso a mujer en poco tiempo. Sus ojos eran azules
como el cielo, pero a diferencia de este, yo nunca vi en sus ojos la
lluvia. Su piel suave como el terciopelo y su voz cuenta cuentos
jamas contados con tanta ternura. Era risa cálida que te invitaba a
sentarte con ella, pero a la vez risa contagiosa que nunca permitió
que la tristeza se sentara a su lado. Paciente ante caprichos. Nunca
pido agradecimientos a sus esfuerzos a pesar de regalar un mundo por
la ayuda de otros.
Ella
que hizo su propio mundo a pesar de tener las circunstancias en su
contra, a pesas de que sus esfuerzos fueran en vano, siguió. ¿Por
que? Se mantuvo, contra viento y marea. Porque ella es una luchadora.
Hace
años que no veo su sonrisa fácil, sus ojos con su brillo, su voz
sin temblor. Hace años que solo veo que sonríe por otros, el temor
en sus ojos, el miedo en su voz. Pero, el tiempo se lo llevo, el
tiempo y la muerte se lo llevan todo, a pesar de que huyas o te
escondas, al final...al final siempre te encuentran.
Pero
ella no es cobarde, ella fue en busca de su lucha entre leones y es
que a pesar de su fragilidad exterior ella tiene dientes para
morder. Las heridas en su piel demuestran que no venció, pero que
sabe rugir.
Sus
lagrimas son gotas de cristal que brillan cuando las da el sol, sus
lagrimas son preciadas ya que solo se permitió llorar una vez. Sabe
que mostrar debilidad ante otros es buscarse la perdición.
Pero
es que él para ella era su debilidad y fuente de poder, ella para él
era su perdición y su estrella de la suerte.