5 mar 2012

Él es mi diamante



                       El es mi diamante
Scusa ma ti chiamo amor
sei la sola parte di me che non so domesticare.
Scusa mi se ho commenso io l`errore
di ama te molto più di me


El era mi prohibición, era mi delirio en las noches y mi deseo en los días. Era mi fantasía inocente y mis sueños de lujuria. Era cambio en mi vida, era estabilidad y armonía.
Intente interponer la distancia y cada vez nos acercábamos, cada minuto compartido era una tortura pero totalmente voluntaria. Verle me quitaba la respiración y no verle era como que me negaba el oxígeno.

Llego el verano y hay me negué cualquier forma de contacto con él y él me lo ponía más y más difícil. Un día normal de compras, a eso de las ocho quizá nueve, iba a Santo Domingo a coger un bus y lo vi. Mierda, lo vi e intente disimular que de verdad lo había visto. Crucé los dedos y rogué que no me hubiera visto a mí o por lo menos que el bus estuviera ya allí. Ninguna de las dos sucedió.

Vino, se sentó a mi lado y consiguió que volviéramos a quedar, una y otra vez como esas tardes del curso (esas que eran como un abismo en espiral) y volví a engancharme e él, a su risa, a sus nervios, a su tranquilidad, a su timidez, a su cabezonería, a su poquito de chulería, a su romanticismo, a todo él, todo y absolutamente él. Y así a sucedido durante seis meses inolvidables.

Y es que él es mi diamante, mi joya perfecta sin pulir.
Te amo.

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