Nunca digas nunca. O por
lo menos intenta no decirlo, yo en mi corta vida ( ya que espero
vivir algo más) digo nunca como si dijera ¿qué tal? Y sinceramente
así me va. Nunca es la ley de Murphy que siempre siempre siempre se
cumple. Sí. Es la putada más grande que te espera, la vida dice
vamos a esperar a que diga nunca, a que reniegue de ese objeto,
deseo, individuo LO QUE SEA y sírveselo en bandeja de plata. Y a mí
nunca (ya lo he dicho) me aparecen esos dos personajillos de las
pelis que en un lado estas tu disfrazado de demonio y al otro lado tú
pero de ángel. Y uno te dice hazlo, hazlo mientras el otro lloriquea
y te dice no lo hagas, piensa, PIENSA. Si a mí me dieran un euro
cada vez que debería pensar y no lo hago, a estas alturas Bill Gates
sería un aficionado a mi lado. Pero nunca me ocurre.
Segunda vez que digo
nunca.
Quizás lo digo por ver si
ocurren esas cosas que niego. Lo hago aposta, tentando a la suerte y
engañando al azar. Quizá por eso, no pasan esas cosas. Puto karma.
Otro que me castiga una y otra vez. En fin, los nunca que siempre se
cumplen son los que dices pero no querías haber dicho. Son cosas que
se te escapan y dices así como Will Smith se las cuela al tío
Philip Banks, y si cuela,cuela y si no me la pela.
A mí no se me escapan, yo
lo hago de al revés ya que son las cosas que de verdad pienso, que
espero que sea así para siempre. Y púm todo se tuerce. Aquí no
sólo intervienen los nunca, si no también mi amigo, el karma. Si,
ese que dice a ti, por mala.
Y es que yo no sé por que
me la juego así, creo que en el fondo la satisfacción de decir “
nunca estaré con un moreno” no me la quita nadie. Y así me va.
Luego claro, soy borde, repelente, soy de esas hijas que no quieres
tener que tengan respuesta para todo, que piensan que lo saben todo,
de esas que ensayan con los tacones de sus tías mayores pero luego
se matan con los suyos, que creen que en la vida ya han dado mil
vueltas, han ido, han vuelto y dan esta vuelta para pasarse por la 5º
Avenida por si no tienen esos Loubs de la nueva colección
primavera-verano y que seguramente se encapriche de la
otoño-invierno.
Y solo a veces caigo en la
cuenta que estoy en la primera vuelta y que estoy yendo, que ni
siquiera llevo más de diez minutos en el ruedo y me he caído muchas
veces.
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