13 ago 2012

Maldito nunca y maldito karma.



Nunca digas nunca. O por lo menos intenta no decirlo, yo en mi corta vida ( ya que espero vivir algo más) digo nunca como si dijera ¿qué tal? Y sinceramente así me va. Nunca es la ley de Murphy que siempre siempre siempre se cumple. Sí. Es la putada más grande que te espera, la vida dice vamos a esperar a que diga nunca, a que reniegue de ese objeto, deseo, individuo LO QUE SEA y sírveselo en bandeja de plata. Y a mí nunca (ya lo he dicho) me aparecen esos dos personajillos de las pelis que en un lado estas tu disfrazado de demonio y al otro lado tú pero de ángel. Y uno te dice hazlo, hazlo mientras el otro lloriquea y te dice no lo hagas, piensa, PIENSA. Si a mí me dieran un euro cada vez que debería pensar y no lo hago, a estas alturas Bill Gates sería un aficionado a mi lado. Pero nunca me ocurre.









   Segunda vez que digo nunca.












Quizás lo digo por ver si ocurren esas cosas que niego. Lo hago aposta, tentando a la suerte y engañando al azar. Quizá por eso, no pasan esas cosas. Puto karma. Otro que me castiga una y otra vez. En fin, los nunca que siempre se cumplen son los que dices pero no querías haber dicho. Son cosas que se te escapan y dices así como Will Smith se las cuela al tío Philip Banks, y si cuela,cuela y si no me la pela.







 A mí no se me escapan, yo lo hago de al revés ya  que son las cosas que de verdad pienso, que espero que sea así para siempre. Y púm todo se tuerce. Aquí no sólo intervienen los nunca, si no también mi amigo, el karma. Si, ese que dice a ti, por mala.




 Y es que yo no sé por que me la juego así, creo que en el fondo la satisfacción de decir “ nunca estaré con un moreno” no me la quita nadie. Y así me va. Luego claro, soy borde, repelente, soy de esas hijas que no quieres tener que tengan respuesta para todo, que piensan que lo saben todo, de esas que ensayan con los tacones de sus tías mayores pero luego se matan con los suyos, que creen que en la vida ya han dado mil vueltas, han ido, han vuelto y dan esta vuelta para pasarse por la 5º Avenida por si no tienen esos Loubs de la nueva colección primavera-verano y que seguramente se encapriche de la otoño-invierno.


 Y solo a veces caigo en la cuenta que estoy en la primera vuelta y que estoy yendo, que ni siquiera llevo más de diez minutos en el ruedo y me he caído muchas veces.

Pero es de eso de lo que va la vida ¿no? De caerse, pero también de levantarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario